en la mañana un odio gigante contra la vida
contra mi mismo
contra todos.
la quijada dura la in-contención total de células
estremecido de pies a cabeza
sin control
sin futuro
sin ahora
acabado por
todos
lados.
en la mañana sin entender a nadie
a ningún ideario-filosofía
acabado
desnudo
de huesos
acabado
inanimado
inerte.
una bola de coraje
corre por todo el cuerpo
los nervios
están en la punta de todos
los poros.
en la mañana lleno de enemigos reales
y de amigos que no existen
viajando por las alturas
de la mediocridad
esperando
encontrar
desahogos
en la
estupidez necesaria de
los tostones.
tensión en los brazos
en los hombros
en la felicidad obligada
y en las mentiras
que no huyen
del alma.
mañanas ineptas
ingratas
dolorosas
humilladas por
mensajes
que no corren
a su destino
y dedos
que no tocan
los muslos
hambrientos
de locura.
Diego Gonzalez Algara 
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